La Asociación de Embarcaciones de Pesca Costera se declaró en estado de alerta. La decisión fue adoptada luego de que sus integrantes exigieran realizar una asamblea extraordinaria en la sede de la entidad, frente a la banquina de pescadores
Los dueños de los barcos expresaron enojo y preocupación ante el “imposible cumplimiento” de algunas normas del orden nacional que regulan la actividad; entre ellas, los límites impuestos a la captura de condrictios (el conjunto incluye rayas, gatuzo, pez ángel y otras especies) mediante la Resoluciones 4/2013 y 7/2013 del Consejo Federal Pesquero.
La legislación indica que en cada salida las embarcaciones pueden traer a tierra hasta un 30 por ciento de estos recursos respecto del total capturado de otras especies. Sin embargo, hoy la pesca de condrictios está siendo abundante en diversos puntos del mar Argentino y por el tipo de actividad que ejercen estos buques (pesca de arrastre) no puede evitarse.
De acuerdo a lo expresado por el gerente de la Asociación de Embarcaciones de Pesca Costera, Mariano Retrivi, la continuidad laboral de los 65 barcos costeros que representa está en riesgo: “De esta manera no podemos seguir trabajando porque nos exponemos a multas muy elevadas. En los próximos días evaluaremos qué pasos vamos a seguir”, adelantó.
Conviene recordar que en 2009 el Consejo Federal Pesquero definió al variado costero como un conjunto íctico: “Pretender administrar y pescar parcialmente la mitad de las especies que lo componen hace inviable la pesca de arrastre y se contradice con lo establecido por el propio consejo”, agregó Retrivi.
La problemática ya fue abordada junto al subsecretario de Pesca de la Nación, Tomás Gerpe, durante su reciente visita a la ciudad. El funcionario planteó en esa oportunidad que es muy difícil eliminar el tope de captura establecido para condrictios.
Pese a los numerosos reclamos y presentaciones formales de la Asociación, Gerpe y su equipo se ajustan a ciertas directivas emanadas del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep), el órgano que sugiere las medidas de manejo.
Ocurre también que debido a problemas técnicos y gremiales, el Inidep hace prácticamente dos años que no realiza campañas de investigación. Así, sin contar con datos directos, crece el criterio precautorio de sus investigadores que finalmente terminan en un cepo a la actividad.
Los armadores entienden que se pueden discutir varias alternativas de manejo que permitirían cuidar los recursos; pero hasta aquí las autoridades les hacen llegar mensajes intransigentes, sin aceptar sugerencias.
“Estamos pidiendo diálogo y que busquemos entre todos alternativas de manejo que sean practicables y nos permitan seguir trabajando en un marco razonable”, concluyó Retrivi.